domingo, 17 de enero de 2010

Subversión de Carlitos el Mago, Mario Benedetti

Querés saber dónde están los muchachos de entonces
sospechás que ahora vendrán caras extrañas
y aunque pasó una sombra sonó un balazo,
guardás escondida una esperanza humilde
que es toda la fortuna de tu corazón

la verdad es que fuiste genialmente cursi
y soberanamente popular,
te metiste no sólo en los boliches
sino también entre pecho y espalda
de vos hablaban por supuesto en los quilombos
pero asimismo en los hogares de respeto
atravesaste las capas sociales
como una lluvia persistente y veraz
y así gardeliaban los obreros y las costureritas
pero también los altísimos burgueses
y no era raro que algún senador o rey de bastos
matizara sus listas de promesas a olvidar
con citas de los griegos más preclaros
y de tus tangos tan poco helénicos

tus ensueños se van se van no vuelven más
tal vez por eso siempre sostuvimos
que no tenías inquietudes políticas
izquierdas y derechas nos pusimos de acuerdo
para situarte en el malevaje y otros limbos
donde había paicas y otarios y percal y gayola
pero no figuraba la lucha de clases
y aunque dicen que eras ateo y socialista
otros evocan tus alabanzas a radicales y conservas.

Pero vos antes y después de Medellín
dejaste hacer dejaste que dijeran
dejaste que cada uno te inventara a su medida
y por las dudas no aclaraste nunca
si eras de toulouse o de tacuarembó

pero en alguna parte sucedió algo
que removió tu vergüenza de haber sido
tu noche triste y tu requiesca in pache
acaso fue la piba que murió en la picana
o el verdugo mayor que viste en el periódico
compungido y procaz ante la sangre joven
todo es mentira / mentira ese lamento

pero es seguro que sucedió algo
algo que te movió el gacho para siempre,
fue entonces que sacaste de la manga
los seis o siete tangos con palabras rugosas
y empezaste a cantarlos como nunca
hasta que el cabo le avisó al sargento
y el sargento se lo dijo al teniente,
y el teniente se lo dijo al mayor y al coronel
y el coronel a todos los generales
que esa noche disfrutaban de wagner
y no bien acabó el crespúsculo de los dioses
te juzgaron culpable de ser pueblo
y de asistencia a la subversión
y así entraste en la franja de los clanes

de modo que se acabaron todas las dudas
y las cavilaciones y los chismes
ya no sobre toulouse o tacuarembó
te llevaste el secreto a chacarita
sino sobre con cuáles estabas o estarás
vale decir con ellos o con nosotros
quién sabe si supieras,
pero ahora sí está claro para siempre
tomaste partido contra los jailaifes y la cana
y estás con nosotros: bienvenido mago
compañero morocho del abasto.

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